viernes, 29 de diciembre de 2017

LOS COSECHADORES DE ESTRELLAS (28): LA TRAMPA DE GRAN MÁQUINA

Gran Máquina había llevado a todos sus sistemas al estado de máxima alerta. Los contrincantes ya estaban en su mundo. Los datos recogidos por sus sensores así lo confirmaban. En esta ocasión habían llegado tres. Sus rivales se habían reforzado con una criatura que apenas podía desplazarse, y que se comunicaba con unos extraños y agudos chillidos que aún no había logrado descifrar. Las experiencias anteriores le servían para conocer que no debía de menospreciar a aquellos contrincantes por su tamaño o sus aparentes incapacidades. La naturaleza, que marcaba el ritmo de la evolución de los seres de carbono, era sabia y les dotaba de recursos que compensaban con creces sus carencias.
Aquella diminuta criatura no se comunicaba telepáticamente, eso estaba descartado. ¿Cómo se entendería entonces con sus semejantes?
Gran Máquina informó a Uno de la llegada de los contendientes, preparándole para el enfrentamiento final, pero éste la sorprendió a su vez al responderle que ya conocía la noticia. ¿Acaso había conseguido Uno acceso a su sistema de vigilancia? La sensación de no poseer control alguno sobre una parte de su mundo era algo tan inusual... Aquellos seres a los que se enfrentaba incluso podrían calificar esa situación como de emocionante.
Pero no debía desviarse de su línea de trabajo principal. Necesitaba la victoria en este enfrentamiento a cualquier precio. A pesar de que ya no controlaba a Uno, nada impedía a Gran Máquina poner en práctica un plan, destinado a dividir a sus enemigos y reducir aún más sus escasas posibilidades de victoria.
Gran Máquina estaba obligada a cumplir con el pacto recogido en el Código. Pero esas reglas eran muy imprecisas a la hora de definir los medios válidos para conseguir la meta deseada. Y era de ahí precisamente de donde pretendía sacar ventaja.

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