En el verano del sesenta y ocho fui transferido a este envoltorio de
carne y hueso desde un planeta cuyo nombre no podríais pronunciar sin tragaros
la lengua. El Imperio planeaba conquistar este mundo y yo era su arma secreta.
Lo haríamos sin derramar una gota de sangre. Conocíamos los viajes en el tiempo
y sabíamos qué familia gobernaría el país más poderoso de vuestro mundo,
con lo que solo tendríamos que infiltrar a uno de los nuestros en su seno.
Después todo sería coser y cantar. Cuando alcanzase el poder, yo sería el
encargado de abrir las puertas a los míos.
(A todos aquellos que se ríen de lo que les cuento, me gustaría
preguntarles cuántos hubiesen apostado porque un actor de películas de vaqueros
llamado Ronaldo hubiese gobernado la primera superpotencia mundial, y creado
tendencia para que los jugadores de fútbol más importantes de la historia
adoptasen su nombre).
Pero algo sucedió en la transferencia, probablemente debido a los
recortes presupuestarios, que nos obligaron a contratar piezas para la máquina de
teletransporte a los amarillos, y me desvié de mi objetivo unos cuantos
países.
Unas cuantas rotaciones de vuestro planeta después, y al darse cuenta del error, el Imperio envió a un nuevo agente, al que hizo pasar por mi hermana, para encarrilar de nuevo la invasión.
Pero no se dieron cuenta de que habíamos caído en Asturias, y ¿quién en su sano juicio tendría ganas de que lo imperialicen, mientras pueda escanciar unas sidras y comer una buena fabada?
Unas cuantas rotaciones de vuestro planeta después, y al darse cuenta del error, el Imperio envió a un nuevo agente, al que hizo pasar por mi hermana, para encarrilar de nuevo la invasión.
Pero no se dieron cuenta de que habíamos caído en Asturias, y ¿quién en su sano juicio tendría ganas de que lo imperialicen, mientras pueda escanciar unas sidras y comer una buena fabada?
Así que, como al final no se está tan mal aquí, y ahora que hemos decidido
salir del armario, vamos a contaros algunas historias de nuestro mundo que os pueden
parecer un poco fantásticas o de susto, pero que son total y absolutamente
ciertas allá de donde venimos.
http://up.gijon.es/noticias/show/13148-presentacion-del-libro-los-cosechadores-de-estrellas
http://www.lne.es/cuencas/2011/12/06/roberto-sol-dificil-publicar-novela/1167110.html
http://www.biblioasturias.com/los-cosechadores-de-estrellas/
http://up.gijon.es/noticias/show/13148-presentacion-del-libro-los-cosechadores-de-estrellas
http://www.lne.es/cuencas/2011/12/06/roberto-sol-dificil-publicar-novela/1167110.html
http://www.biblioasturias.com/los-cosechadores-de-estrellas/
Del Sol; parece muy real; magnifiico relato.
ResponderEliminarGracias, amigo. Nada más real que la verdad verdadera. Ya verás cuando salga todo en prensa y se desvele la trama de la invasión, lo que nos vamos a reír...
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